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CUADERNOS DEL PENSAMIENTO CRÍTICO LATINOAMERICANO

La migración en los albores del siglo XXI
El caso México-Estados Unidos

samedi 30 juillet 2011   |   Ana María Aragonés, Uberto Salgado
Lecture .

La migración de trabajadores responde a los procesos de trabajo y paradigmas tecnológicos de los países desarrollados en el marco de los diferentes regímenes de acumulación capitalista. En este sentido, los flujos migratorios presentan características distintas a partir de finales del siglo pasado, momento en el que el capitalismo, en la búsqueda de la superación de la crisis de los años 1970, buscaría nuevos procesos de producción y de trabajo, consolidándose un nuevo paradigma tecnológico. Esto transformó a su vez los mercados laborales internacionales y, por lo tanto, a los flujos migratorios. Como resultado de ello, se manifiesta un nuevo patrón migratorio con un gran porcentaje de trabajadores altamente cualificados. Y si bien hay coincidencia entre los diversos autores en el sentido de que a nivel global este tipo de trabajador cualificado está por encima de otro tipo de migrantes, la realidad es que aquellos con niveles medios y bajos de cualificación, sobre todo en el caso de México-Estados Unidos, han mantenido su tendencia, como mostraremos en el apartado correspondiente.

De acuerdo con Naciones Unidas entre 1990-2000, la proporción de migrantes que se dirigió a los países desarrollados pasó de 53% a 60%. De tal suerte que el stock de migrantes altamente cualificados presentó un incremento de 155% para América Latina, 152% para Asia y 145% para África, y 65% de los migrantes del mundo se encontraban residiendo en la región de América del Norte (Estados Unidos, Canadá y México).

Si bien se incorporan nuevas características laborales al patrón migratorio, lo que se mantiene sin cambios es la funcionalidad de los trabajadores extranjeros, relacionada con las diferencias en el coste laboral unitario de los trabajadores migrantes, que permite a los países receptores incrementar su competitividad.

Es importante destacar que, en el marco de la globalización, los trabajadores migratorios afrontan enormes restricciones, cuando en épocas anteriores se habían desplazado junto con las mercancías y el capital sin prácticamente ningún obstáculo, situación que debe ser explicada en el marco de la lógica del capital y de la economía global. Esta nueva estrategia para los trabajadores migrantes es la que ha producido un crecimiento impresionante de la migración indocumentada, efecto que hemos desarrollado en artículos anteriores.

Existen visiones distintas para explicar el porqué de los flujos de indocumentados, como presentan Massey et al. (2005 : 9,13). Estos autores señalan que “en la era post industrial las fuerzas de expulsión parecen haber ganado la partida al punto de equilibrio característico de la temprana era industrial y justamente uno de los testimonios más evidentes son los flujos de indocumentados”. Desde mi punto de vista, no son las fuerzas de expulsión las que han roto el equilibrio, sino que bajo la nueva lógica de la economía global son trabajadores muy importantes, pues el tipo de sectores a los que se incorporan, agricultura, construcción y servicios, permite la reducción del coste de los bienes salarios. Por otro lado, resulta difícil pensar en el equilibrio ; cuando el sistema capitalista se sostiene justamente en las asimetrías entre los países y la migración es, en gran medida, producto de esa característica.

El debate acerca de las consecuencias de la migración cualificada para los países de origen no está cerrado ni mucho menos. Por un lado, se habla de brain drain o de brain gain, lo que claramente indica una connotación negativa para el primer concepto o una ventaja para el país expulsor si nos atenemos al segundo concepto. Una nueva idea se añade a la polémica y es la de brain strain, que supone que la migración cualificada puede tener tanto efectos negativos como positivos, flujos que se enmarcan en “movimientos de población complejos con efectos también complejos”. Si bien este nuevo concepto es una manifestación de la complejidad del fenómeno, lo que parece bastante acertado es que, como señala el autor, sólo en el caso de que se presenten un conjunto de condiciones para que los trabajadores que regresan al país de origen puedan desarrollar procesos de avance tecnológico, la emigración de trabajadores cualificados podría favorecer el desarrollo del país de origen. Al depender en forma particular de las características económicas, políticas y sociales de un país, resulta necesario analizar el fenómeno desde la perspectiva de una región determinada.

En este trabajo tratamos de comprender por qué los flujos migratorios se trasladan hacia Estados Unidos y el papel que México juega en este nuevo patrón migratorio, lo que evidencia las dificultades del país para alcanzar niveles de crecimiento y desarrollo suficientes que le permitan absorber a sus trabajadores. En este sentido, los flujos migratorios forzados son, desde nuestro punto de vista, reflejo del fracaso de una política económica y social ; y a pesar del enorme monto de remesas que el país recibe, representan una pérdida laboral para el país, pues si bien esa entrada de divisas se convierte en uno de los pilares de la economía, no se refleja en un sustancial beneficio para las comunidades receptoras.

México es el país que más emigrantes de baja cualificación envía a Estados Unidos, y al interior de la región latinoamericana y caribeña es el que contribuye con el mayor stock de migrantes cualificados, colocándose en el sexto lugar a nivel mundial. 

En esta investigación, presentamos una breve descripción de lo que se ha denominado economía del conocimiento, la importancia de Estados Unidos como líder de estos procesos y la dificultad que enfrenta para satisfacer sus necesidades internas de mano de obra que lo convierten en el principal receptor de fuerza de trabajo extranjera. Los nuevos procesos productivos, cuyo eje giran en torno a las llamadas tecnologías de la información y comunicación (TICs) afectan los procesos laborales y demandan mano de obra cada vez más cualificada, para que puedan responder a las nuevas formas de producción. Estas formas están orientadas hacia sistemas educativos con mayores contenidos en matemáticas y tecnología, que le permitan posicionarse en la economía mundial. Esto implica, para Estados Unidos, que la población nativa tenga que permanecer cada vez más años en el sector educativo y, por lo tanto, mantenerse fuera de la población económicamente. Y si a eso añadimos que el país afronta bajas tasas de natalidad, que afectan la reproducción de la población económicamente activa, es fácil comprender que va a requerir complementar su fuerza de trabajo con mano de obra extranjera de diversos niveles de cualificación ante un dinamismo económico.

Las transformaciones laborales que reclaman una demanda de trabajo diversificada, con muy distintos niveles de cualificación, responden también a los requerimientos de las nuevas formas de organización productiva mundial.

Estados Unidos en la economia del conocimiento

Las empresas transnacionales han jugado un papel central en las transformaciones que a partir de los años ochenta del siglo pasado se han producido en el mundo. Tales empresas afectan la economía de todos los países desarrollados, y por supuesto a Estados Unidos. Este país se encontraba a la cabeza de la exportación de flujos de inversión extranjera directa (IED) a partir de la segunda posguerra. Los objetivos de esas empresas trasnacionales eran explotar los recursos naturales e incorporar la mano de obra barata a los procesos productivos.

Sin embargo, a partir de la década 1980, esta tendencia cambiaría con el nuevo paradigma tecnológico, cuyo eje se centra en un proceso informático articulado con la aparición del toyotismo en Japón, país que en los noventa se consolidaría como el principal exportador de IED y que se dirigió básicamente hacia Estados Unidos.

De acuerdo con Dabat, lo que caracteriza al capitalismo informático es la transformación de esta empresa transnacional en una nueva empresa flexible global que sirve de base para la economía del conocimiento. Esta nueva forma de organización mundial de la empresa está apoyada en cadenas productivas globales, cuyos objetivos son los sistemas nacionales de innovación y la búsqueda de la competitividad que han modificado la dinámica de la producción capitalista. La computadora y el microprocesador son el núcleo de los procesos productivos, los cual generaron una cantidad considerable de productos como el software destinados a potenciar las capacidades productivas de los trabajadores.

De acuerdo con Dabat y Ordóñez, una característica notable en estos procesos es que bajo el nuevo tipo de organización empresarial se separa el trabajo intelectual de la producción material y a la propiedad intelectual se le otorga una enorme importancia. Por ello, han surgido empresas transnacionales que buscan exclusivamente generar propiedad especializándose en actividades de diseño, comercialización y distribución de marcas OEM (Original Equipment Manufacturing) y transfieren a empresas subcontratistas ODM (Original Design Manufacturing) las actividades que antes realizaban en su interior. Es decir, que las empresas OEM subcontratan e incorporan a otras empresas contratistas manufactureras (CM), y proveedoras de servicios de asistencia técnica, administrativa, financiera o de servicio al cliente, formándose una cadena de valor.

La subcontratación interempresarial se encuentra en la base de los objetivos de las empresas OEM. Estas empresas se concentran en países con un importante desarrollo científico-tecnológico y educativo, en tanto que las empresas ODM tienden a desarrollarse en países emergentes con un cierto grado de desarrollo y competitividad de su sector científico-educativo. Los contratistas manufactureros y de servicios se localizan en países que cuentan con un adecuado desarrollo de infraestructura, con una fuerza de trabajo de cierto nivel de cualificación y coste competitivo internacional, así como con ventajas de localización y acceso a los grandes mercados y ventajas culturales (en el caso de los servicios).

En este marco se explica que, por un lado, Estados Unidos se haya convertido en el principal receptor de IED en el mundo, lo que junto con la recepción de importantes flujos migratorios le permite llevar a cabo partes fundamentales de todo el proceso de producción en la cadena de valor en su propio territorio y, al mismo tiempo, elevar su competitividad mundial al complementar a su población nativa con trabajadores extranjeros con un coste laboral unitario menor.

Si en la época del capitalismo fordista las IED que se dirigían a los países periféricos buscaban fundamentalmente trabajo barato, ahora, bajo la economía del conocimiento, si bien siguen buscando bajos costes salariales, estas no son condiciones suficientes para dirigirse hacia un determinado destino, pues requieren, para poder consolidar las cadenas de valor, que la población presente niveles relativamente elevados de educación y capacidad de aprendizaje.

La mano de obra abundante y barata de las empresas situadas en los países periféricos juega un papel importante, pues ayuda a revertir las perdidas debido a la rápida obsolescencia de los productos provocados por el abaratamiento del stock cada vez que aparece un adelanto tecnológico. Sin embargo, si bien son importantes las economías periféricas en este proceso, la migración de trabajadores que se dirige a los países desarrollados sigue jugando un papel central, pues permite que una parte de los capitales transnacionales y nacionales se mantengan en el territorio, con todo el beneficio que esto supone para la competitividad de los productos. Como se explica a continuación, se trata de fuerza de trabajo a la que no se le otorgan los mismos beneficios que a los nativos, debido en parte a la temporalidad de los visados.

No es extraño que debido a las condiciones de desarrollo de Estados Unidos se convierta en un importante receptor de inversión extranjera I+D, con un incremento muy destacado entre 1997-2006, lo cual en cierta forma se convierte en una presión adicional sobre los requerimientos de fuerza de trabajo.

  • El texto publicado en este Cuaderno es una selección del material publicado en el quinto número de la revista Crítica y Emancipación, Buenos Aires, CLACSO, 2011. También disponible en www.biblioteca.clacso.edu.ar.

 

Bibliografía

Dabat, A. 2007 “El nuevo capitalismo basado en el conocimiento : el papel del sector electrónico-informático (SE-I)” en Rivera Ríos, M.A. y Dabat, A. (coords.) Cambio histórico mundial, conocimiento y desarrollo (México DF : Juan Pablos/UNAM-IIEc).

Dabat, A. y Ordóñez, S. 2007 “Globalización, conocimiento y nueva empresa trasnacional : desafíos y problemas para los países en desarrollo” en Rivera Ríos, M.A. y Dabat, A. (coords.) Cambio histórico mundial, conocimiento y desarrollo (México DF : Juan Pablos/UNAM-IIEc).

Lozano, F. y Gandini, L. 2009 “La emigración de recursos humanos calificados desde países de América Latina y el Caribe : tendencias contemporáneas y perspectivas”, Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), Organización Internacional para las Migraciones Caracas, Venezuela.

Minian, I. 2007 “Nueva división internacional del trabajo : la segmentación del producto” en Rivera Ríos, M.A. y Dabat, A. (coords.) Cambio histórico mundial, conocimiento y desarrollo (México DF : Juan Pablos/UNAM-IIEc).

Rivera Ríos, Miguel Ángel 2007 “Cambio histórico mundial, capitalismo informático y economía del conocimiento” en Rivera Ríos, M.A. y Dabat, A. (coords.) Cambio histórico mundial, conocimiento y desarrollo (México DF : Juan Pablos/UNAM-IIEc).





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