LA DEMOGRAFÍA EN AMERICA LATINA EN EL SIGLO XX
Ya desde fines del siglo XIX algunos pocos países de América Latina habían levantado censos de población, lo que les permitió conocer no sólo el tamaño de sus poblaciones y la distribución de éstas en su territorio, sino también algunas características, entre ellas sexo y edad. No es sino hasta mediados del siglo XX -cuando el Instituto Interamericano de Estadística (IASI, por sus siglas en inglés) lanza su Programa del Censo de las Américas (COTA)- que un buen número de países de la región participan en ese programa levantando censos de población en el año de 1950 con un cierto grado de uniformidad en el contenido de las boletas censales.
Los resultados de estos censos, comparados con los datos de que se disponía entonces, vinieron a confirmar que las poblaciones de la mayoría de los países latinoamericanos estaban creciendo a ritmos acelerados. La tasa anual de crecimiento poblacional en algunos casos rondaba o excedía tres por ciento anual, tasa que permitiría duplicar el número de habitantes en un breve período de años. Igual situación parecía estarse dando en otras regiones subdesarrolladas del mundo.
Este crecimiento poblacional, que llegó a calificarse de explosivo, suscitó preocupación en los países desarrollados, y reconociendo que, en general, en América Latina no se contaba con personal capacitado en Demografía, en una Asamblea General de Naciones Unidas se propuso adoptar una resolución recomendando que las regiones subdesarrolladas crearan centros que, además de formar recursos humanos capaces de abordar el estudio del comportamiento de sus poblaciones, prestaran asistencia técnica a los países que la requiriesen para llevar adelante investigaciones que aportaran elementos de juicio para evaluar dichos comportamientos, analizando la dinámica que determinaba su tasa de crecimiento y la posible evolución de la natalidad y mortalidad.
En América Latina se buscó aplicar la resolución de la Asamblea de las Naciones Unidas mediante el establecimiento de un centro como los recomendados, lo cual ocurrió en Chile en 1957. Es así como a mediados del siglo XX comienza a desarrollarse la aplicación de la Demografía en la región, al mismo tiempo que se procura formar personal profesional que pudiese aplicar sus conocimientos de esa disciplina al análisis del comportamiento demográfico en los distintos países.
El Centro Latinoamericano de Demografía (Celade), que fue como se designó dicho centro creado como consecuencia de la recomendación de la ONU, comenzó en 1958 a dictar cursos de análisis demográfico de 10 meses de duración, en los que también se estudiaban las principales fuentes de datos demográficos y los métodos utilizados por ellas para recolectarlos. A estos cursos asistían pequeños grupos de funcionarios estatales, principalmente de departamentos censales o de estadística, en calidad de becarios, y cuyas candidaturas eran propuestas por los respectivos gobiernos.
Al mismo tiempo que dictaba los cursos de análisis demográfico en su sede y en una subsede establecida posteriormente en San José con la colaboración de la Universidad de Costa Rica, Celade prestaba asistencia técnica a algunos países que deseaban analizar los datos de su censo de población para evaluar cómo evolucionaba su dinámica demográfica y preparar proyecciones que les permitieran conocer la posible evolución futura de su población, datos todos éstos que el Estado pudiera utilizar para adoptar medidas tendentes a modificar el comportamiento demográfico de la población.
Los estudios realizados en las décadas de 1960 y 1970 con la colaboración de Celade y la disponibilidad de profesionales que ya se habían capacitado en análisis demográfico confirman que, con la excepción de Argentina, Uruguay, Chile y Cuba, en los demás países de la región, y de manera más significativa en los centroamericanos y algunos del norte de Suramérica, las poblaciones crecían aceleradamente, producto de una mortalidad en descenso y una fecundidad estabilizada a niveles relativamente altos.
Surge entonces en algunos círculos, particularmente de Estados Unidos, el planteamiento de que los bajos niveles de crecimiento económico que en general se daban en los países latinoamericanos se debían precisamente a las elevadas tasas de crecimiento demográfico, que los obligaba a destinar recursos crecientes a atender las necesidades de sus habitantes. Esto llevó a proponer que nuestros países adoptaran medidas orientadas a disminuir el crecimiento demográfico, lo que en efecto se hizo. Por conocidas, no parece necesario describir aquí esas medidas. Lo que sí es importante señalar es que, en efecto, en periodos de pocos años bajaron significativamente las tasas de crecimiento de las poblaciones de esos países, aunque debe subrayarse que no se elevaron las de desarrollo y crecimiento económico, que prácticamente no variaron o en algunos casos se desmejoraron.
Antes de abordar el examen de las demandas que se plantean a la Demografía en este siglo XXI conviene subrayar que Celade optó por organizar en una primera etapa la enseñanza de análisis demográfico, lo que implicó la aplicación de la Demografía formal, cuyo desarrollo se apoya de manera significativa en métodos estadísticos, considerando que en sus inicios en los años 1958 y 1959 lo que los países demandarían a Celade serían estimaciones de las variables demográficas básicas : fecundidad y mortalidad, evaluando el grado de cobertura de sus fuentes informativas, análisis de las estructuras diferenciales de población y su distribución en el territorio, así como su posible evolución futura, con base en proyecciones de población, es decir, elementos que le permitieran conocer y describir cómo la respectiva dinámica demográfica modificaba el tamaño, la distribución, las estructuras de sexo y edades de sus poblaciones. Sin embargo, más tarde, en diversos momentos de la segunda mitad del siglo XX, se organizaron en Brasil y México maestrías en Demografía -Brasil, Cedeplar, 1964 ; México, Ceed, 1964-1 que años más tarde se ampliaron a doctorados -Brasil, Cedeplar, 1985 y Nepo, 1985, y México, 1985- (Ruiz, 2005) y actualmente se cuenta con la maestría y el doctorado en Demografía que se dictan en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
Con el propósito de no alargar innecesariamente el examen de la evolución que se da en América Latina en los estudios de Demografía y en sus poblaciones en la segunda mitad del siglo XX, conviene examinar qué es lo que les está ocurriendo a esas poblaciones en la actualidad. Es esta situación la que determinará cómo evolucionará la aplicación de la Demografía como ciencia en la región para apoyar a sus sociedades y a sus gobiernos en la comprensión de los fenómenos sociales, económicos, de salud y ambientales, que afectan a sus poblaciones y son afectados por el comportamiento de éstas.
Por razón de las medidas que se adoptaron, en todos los países de la región disminuyó, en distintos grados, la tasa anual de crecimiento demográfico, producto principalmente del descenso del nivel de la fecundidad, lo que ha llevado a una llamada transición demográfica, que según el grado de avance de la misma, ha modificado las estructuras por edades que, en general, se caracterizan por una disminución de la proporción de los menores de 15 años, un crecimiento de la de jóvenes entre 15 y 19, un crecimiento de la población en edad de trabajar entre 20 y 59 años, y lo que está concitando mayor preocupación : un importante crecimiento del grupo de 60 y más años.
AMÉRICA LATINA Y LA DEMOGRAFÍA EN EL SIGLO XXI
Transición demográfica y evolución de las estructuras por edad
De la más alta prioridad resulta, en los tiempos actuales, estimar cómo se transformarán en las poblaciones de América Latina las estructuras por edad y cuál es la relación que ellas tendrán con la evolución de condiciones como la educación, la salud y la incidencia de enfermedades, el patrón de distribución de la población en el territorio, los niveles y características del empleo, y los niveles de fecundidad y mortalidad.
El estudio y evaluación de tres grupos de edad han suscitado especial atención por la directa relación que tienen con las transformaciones sociales. Ellos son : los adolescentes y adultos jóvenes, cuyo mayor crecimiento plantea la necesidad de adoptar medidas especiales dirigidas a ese grupo para atender los múltiples problemas que ellos plantean.
El segundo grupo es el de la población en edades de trabajar, cuyo crecimiento en algunos países ciertos profesionales han dado en calificar como “bono demográfico”, designación totalmente equivocada, ya que en esos países, como en general en América Latina, se da un alto nivel de desempleo, por lo que el crecimiento de ese grupo lo que hace es venir a complicar el ya difícil problema de la no utilización o subutilización de la fuerza de trabajo potencial. El crecimiento de este grupo poblacional, con altos niveles de desempleo, viene a agravar los problemas de que ya adolecen los sistemas de seguridad social en América Latina, ya que un alto porcentaje de la población no contribuye al pago de cuotas en estos sistemas, complicándose aún más el problema de la solidaridad intergeneracional.
El crecimiento de la población de 60 años y más, designada por Naciones Unidas como “adultos mayores”, es el que mayor preocupación concita, ya que se trata de un grupo que en un alto porcentaje es “dependiente”, ya sea porque se haya retirado de la actividad económica, o no haya trabajado nunca (como es el caso de muchas mujeres). Es obvio que este grupo plantea importantes demandas : mantenimiento por algún familiar o el Estado, si no pertenece a ningún sistema de seguridad social, lo que es bastante frecuente, especialmente para los de edades más avanzadas (80 y más años). Otra demanda es la de la atención médica, que con frecuencia exige hospitalización, para estados de salud que a medida que avanza la edad se deterioran severamente.
En el estudio de este grupo resultará muy útil estar en condiciones de estimar valores de esperanza de vida para grupos con distintas características.
En los tres casos anteriores ya no basta el análisis demográfico formal. Ahora se hace indispensable establecer relaciones, formular análisis y llegar a conclusiones acerca de cómo lograr la proposición de soluciones para resolver los problemas que la evolución de estas estructuras de edad entre distintos grupos sociales plantea al desarrollo económico y social del país. Llamémosla una demografía sustantiva.
Concentración urbana de la población
Un buen número de ciudades de América Latina se desarrolla de manera desordenada, con altas concentraciones de población en la periferia de la ciudad, donde se crean problemas ambientales que en ocasiones afectan negativamente la salud de la población, especialmente cuando ella está desprovista de servicios esenciales (agua potable, disposición de excretas, falta de recolección de la basura). Igualmente, se dan problemas de transporte y de explotación desordenada de los recursos naturales disponibles.
Generalmente, esta concentración urbana se da a expensas de las áreas rurales, de donde emigra población por falta de tierras agrícolas, que generalmente se concentran en pocas manos, con la consiguiente depauperización de grupos importantes de la población rural que se ve así forzada a emigrar a la ciudad.
Urge que los demógrafos, en colaboración con profesionales en otras disciplinas, en busca de soluciones efectivas, aborden el estudio de los problemas que se derivan de la alta concentración urbana y de la excesiva emigración rural que están no sólo creando problemas ambientales, sino también problemas asociados a la supervivencia de las poblaciones residentes en estas áreas. Los estudios de los demógrafos sobre la migración interna pueden tildarse de simplistas porque en general se limitan a mediciones sin que se dé una investigación analítica sobre causas y efectos, magnitud de grupos afectados y características diferenciales de los mismos.
Citando a la Cepal, es preciso considerar que “para analizar las relaciones entre la población y el medio ambiente hay que aplicar un enfoque que incluya, además de las tendencias demográficas, asuntos relacionados con los patrones de producción y consumo de la población, que preste atención a las políticas y a los adelantos tecnológicos destinados a impedir la degradación del ecosistema” (Cepal, 1993 : 69).
Problemas de empleo y crecimiento de la población
Los datos censales sobre la población económicamente activa han permitido dimensionar lo relativo al desempleo, pero es preciso ir más allá en el análisis de este fenómeno de muy variadas facetas y que de manera tan significativa vulnera a importantes grupos de población afectados por la pobreza, con bajos niveles de educación y, en general, condiciones de vida precarias.
Es éste otro caso en que no basta sólo medir el fenómeno. En la búsqueda de soluciones a estos apremiantes problemas, la Demografía debe contribuir a caracterizar según edad, sexo, localización geográfica y niveles de educación y capacitación los grupos de poblaciones afectados por el flagelo del desempleo en sus variadas formas : el empleo informal, el subempleo. Debe también la Demografía esclarecer el impacto del desempleo sobre los sistemas de seguridad social.
Migración internacional
Salvo los análisis que se hayan hecho en el pasado sobre movimientos de inmigrantes hacia Argentina, Uruguay, Chile y Brasil, en tiempos recientes ha sido México el que de manera más sistemática y más persistente está estudiando la migración mexicana a Estados Unidos. Hoy día, sin embargo, movimientos migratorios internacionales de diversa naturaleza se dan en numerosos países de la región. No se trata ya de la famosa “emigración de cerebros”. Hoy se movilizan contingentes elevados de migrantes con bajos niveles de educación, agobiados en su país de origen por el desempleo y la pobreza. Ya ha sido señalado por algunos autores latinoamericanos que las fuentes tradicionales de medición de las migraciones internacionales presentan notables limitaciones para el estudio y análisis de los movimientos que hoy presentan características distintas, prácticamente inéditas.
He aquí un campo que plantea a la Demografía el reto de contribuir al análisis de los impactos que estos nuevos movimientos tienen en los lugares de origen, en los de destino, que pueden calificarse de transitorios, y los finales. Cuáles son las principales características de los que se movilizan : estructura familiar, grupos de edad, sexo, educación, actividades en los lugares de origen y los lugares de destino, remesas que los migrantes envían a sus países de origen, todo lo cual necesariamente obliga a mejorar y ampliar las fuentes de datos relacionadas.
La familia
El análisis del comportamiento y evolución de la familia como parte integrante de los cambios demográficos que se han dado en la región han sido temas prácticamente no estudiados en profundidad. Las tremendas transformaciones sociales, económicas y políticas que se han dado en muchos de los países de la región en la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del siglo XXI han afectado de manera significativa a la familia en su organización, sus roles y en su interacción con otros entes sociales.
No puede la Demografía latinoamericana continuar ignorando la urgencia de contribuir al estudio de la evolución sufrida por la familia y los efectos demográficos que de ella se derivan. Un documento preparado por Susana Torrado, citado en la bibliografía, constituye un elemento importante para definiciones en este campo.
Población, educación y desarrollo
A la mayoría de los países latinoamericanos, especialmente en los de Centroamérica y el Caribe, el desarrollo del sistema educativo y la prestación de adecuados servicios de educación a la población plantean problemas que en ciertos casos parecen insalvables.
La Demografía puede y debe contribuir a dimensionar algunas de las características del fenómeno : estructura por edades y sexo y distribución espacial, según la categoría de los lugares de la clientela potencial del sistema educativo contrastada con lo que efectivamente se registra. Aparte de permitir una medición exacta de la cobertura del sistema, facilita el examen de problemas tales como el déficit de cobertura en los distintos niveles de educación. Contribuiría de esta manera a evaluar uno de los objetivos de desarrollo del Milenio, propuestos por las Naciones Unidas.
Un intercambio entre demógrafos y educadores debe contribuir al desarrollo de metodologías aplicables a la medición y eventual evaluación de aspectos tales como : distribución de los docentes en el sistema y grado de formación de los mismos, evaluación del aprendizaje de los estudiantes, y algunos aspectos administrativos del sistema educativo, como la descentralización geográfica de los servicios.
Pobreza y crecimiento poblacional
La tendencia que hasta hace poco y con frecuencia se daba en algunas investigaciones sobre población y pobreza, de atribuir la existencia de la misma al crecimiento de la población, afortunadamente ha sido superada y hoy se reconoce que la pobreza está ligada a la existencia de condiciones sociales y económicas que la propician.
Primera entre estas condiciones está la significativa desigualdad económica que se da prácticamente en todos los países latinoamericanos. La región es catalogada en los estudios internacionales que se realizan como una de las que presentan las mayores desigualdades en el mundo. Esta injusticia social coloca a ciertos grupos de nuestras poblaciones en situaciones marginales en cuanto a empleo (desempleo, subempleo, empleo informal), educación (analfabeta, educación primaria). En colaboración con sociólogos y economistas, el demógrafo está capacitado y debe contribuir al análisis para determinar qué grupos poblacionales son los más afectados por las condiciones de desigualdad y pobreza. Sólo esclareciendo estas relaciones se podrá plantear la adopción de medidas de política que tiendan a corregir las iniquidades.
Población y desarrollo sustentable
El anatema que pendía sobre el crecimiento de la población como responsable de la mayoría de los problemas sociales y económicos que agobian a nuestros países afortunadamente ha ido desapareciendo a medida que tanto esos problemas como la dinámica del crecimiento de la población han sido mejor comprendidos. Sin embargo, nuevas situaciones plantean nuevas necesidades de investigación. La atención que ahora se presta a lo ambiental, a lo ecológico y a la protección de los recursos naturales ha dado gran importancia al estudio del crecimiento de la población y el desarrollo sustentable. Economistas y demógrafos deben ahora abocarse a investigaciones que permitan establecer las relaciones existentes entre ambos fenómenos.
Informática y estudios demográficos
El notable desarrollo que se ha dado en la informática, particularmente en la aplicación de la computación a la investigación científica, plantea a los demógrafos la necesidad de aplicar estos nuevos métodos para ampliar las posibilidades de investigar temas cuyo estudio no ha sido abordado por requerir amplias y extensas elaboraciones matemáticas.
En resumen, los anteriores no son los únicos temas que en forma ampliada tendrán que abordarse en el futuro, pero corresponderá a los demógrafos, formados en programas que trascienden la Demografía formal, contribuir a ampliar los límites de la disciplina.
Notas :
(1) Que constituye un buen ejemplo de transformación en el currículo. De Centro de Economía y Demografía (CEED) pasó a ser Centro de Estudios de Demografía y Desarrollo Urbano (CEDDU), y luego Centro de Demografía, Desarrollo Urbano y Ambiente (CEDDUA).
Fuente :
El texto publicado en este Cuaderno es parte de la antología América Latina, población y desarrollo, organizada y presentada por Brígida García y Dídimo Castillo, Colección del Pensamiento Crítico Latinoamericano editada por CLACSO con Siglo del Hombre Editores (Colombia, 2009). Fue publicado originalmente en Carmen A. Miró G. Papeles de Población. Octubre-diciembre, 2006, pp. 13-22.