La sélection du Monde diplomatique en español

Continuidad a la cabeza del Estado

mardi 26 octobre 2010   |   Laurence Mazure
Lecture .

No hay ninguna diferencia importante entre los programas de Mockus y Santos. Ambos defienden el liberalismo económico y prometen continuar la política de seguridad del presidente saliente” (1), sintetizaba El País el 26 de mayo de 2010. El diario español evaluaba así el cambio que los colombianos pueden esperar del escrutinio presidencial, cuya segunda vuelta tuvo lugar el 20 de junio de 2010. De los dos principales candidatos, Antanas Mockus –del Partido Verde, favorito de las encuestas– y Juan Manuel Santos –del Partido Social de Unión Nacional (“La U”) y heredero del presidente saliente, Álvaro Uribe Vélez– el ganador fue el segundo, con el 69,05 de los votos (y un 44,48 de participación).

Santos, quien resultó el gran vencedor de la primera vuelta, con 46,56% de los votos, frente al 21,49% de Mockus, multiplicó las alianzas con la derecha : con los conservadores de “Cambio radical”, partido uribista rival de “La U” y tercera fuerza política del futuro Congreso, y, en menor medida, con los liberales. Por su parte, Mockus confirmó el posicionamiento de su partido a la derecha del tablero político, al rechazar una alianza con el Polo Democrático Alternativo (PDA, izquierda), y preferir hacer de caballero solitario, apostando por los abstencionistas (51% en la primera vuelta).

Santos tiene a su favor el apoyo de una amplia coalición parlamentaria –frente a una oposición fragmentada y aislada– pero en su contra, una reputación manchada por los escándalos. Como Ministro de Defensa del presidente Uribe Vélez (de 2006 a 2009), se le considera responsable de la violación del espacio aéreo ecuatoriano en la operación Fénix, donde se abatió a Raúl Reyes, el número dos de la guerrilla de las FARC, el 1 de marzo de 2008. Esos acontecimientos desencadenaron una crisis sin precedentes entre Quito y Bogotá. Por otro lado, el nombre de Santos está vinculado al escándalo de los “falsos positivos”, esos asesinatos extrajudiciales de civiles inocentes perpetrados por un ejército al que se le imponen objetivos cifrados.

Poco antes de la elección de Santos, el editorialista Miguel Ángel Bastenier (poco sospechoso de radicalidad izquierdista) señalaba, en relación a Santos : “su política social se anuncia tan sucinta como la del mandatario saliente, y el alineamiento con Washington podría batir, en su caso, el récord mundial de la genuflexión” (2).

Le Monde diplomatique, París.

 

notas

(1) Maite Rico, “El empate entre Santos y Mockus enciende las elecciones colombianas”, El País, Madrid, 26 de mayo de 2010.

(2) M. A. Bastenier, “Voto al uribismo sociológico”, El País, Madrid, 26 mayo de 2010.





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