Sentarse frente a un televisor no es necesariamente más agradable en La Habana que en París. Boletines informativos serviles con el poder, programas educativos trabajosamente didácticos, “selección” de programas de Telesur que, aunque en gran medida financiada por Venezuela, no se retransmite en directo... ¿Cómo hacen los cubanos ?
“Es simple –nos responde Mariela–. ¡No vemos la tele !”. Allí se prefiere El Paquete. Última innovación cubana con el fin de eludir el control de las ondas, El Paquete ofrece una selección de artículos, boletines informativos, series o incluso revistas compilados en un pen drive o un disco duro portátil. Concebido en Miami, circula en la isla cada domingo, y se vende por la suma de 1 a 2 dólares. Según la revista The New Yorker, se trataría de la empresa privada más importante de la isla : aproximadamente 45.000 “empleados” con un volumen de negocio de medio millón de dólares semanales. La selección llega a aproximadamente uno de cada dos cubanos, incluso en zonas que solo disponen de unas pocas horas de electricidad al día.
La entrega del 5 de junio de 2017 pesaba 921 gigabytes (GB). Contenía varios “ciclos de cine” clasificados por géneros (esa semana, “aventura”), actores (“Bruce Willis”) y sagas (“Terminator”) ; información sobre la salida de nuevos videojuegos, películas o incluso sobre nuevas tecnologías ; 41 GB de reality shows en español e inglés ; las últimas publicaciones de Revolico.com, un sitio web de compraventa de bienes y servicios (incluso de prostitución) ; videojuegos para todo tipo de consolas ; aplicaciones para smartphones ; música ; mangas ; series (“clásicas”, “cubanas”, “novedades”) ; documentales (Los grandes crímenes de la historia, Estados Unidos) ; una selección de episodios del programa “The Voice” ; revistas (moda, deporte, fotografía, tecnología). La única información política proviene de la prensa oficial cubana (Granma, Juventud Rebelde, etc.). Lo que quizás explica que, aun siendo ilegal, El Paquete sea tolerado.