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Entretien avec Avelina Lesper, historienne et critique d’art mexicaine

« Nous avons l’art le plus moralisateur de tous les temps »

lundi 4 juin 2018   |   Mikaël Faujour
Lecture .

Mémoire des luttes publie la version espagnole de l’entretien donné par Avelina Lésper à la revue Artension – le magazine de l’art vivant –.

Dans cet échange, l’auteure de El Fraude del arte contemporáneo (La fraude de l’art contemporain, non traduit), expose pourquoi, selon elle, art contemporain et néolibéralisme sont intimement liés.

Voir aussi sur le même sujet « L’art nous intéresse-t-il ? », entretien avec Matthieu Colloghan dans « Le monde qui vient ».

Artetension :
Existe una creencia común - empezando con los oficiales del arte contemporaneo -, segun la cual el arte "por esencia" denuncia, el arte acusa, molesta al poder. A esa creencia, responde Ud que "Estas obras, supuestamente contestatarias, se realizan en la comodidad y protección de las instituciones y con el apoyo del mercado" : Como explica que la apariencia de la contestacion o la rebeldia sea protegida, y hasta incentivada y apoyada financieramente e institucionalmente por el Estado y los oligarcas ? A qué interés(es) le(s) sirve un arte rebelde o "rock’n’roll" ? 
Avelina Lésper :
Estamos viviendo una época tremendamente moralígena, que se encubre con el “políticamente correcto” y es una nueva forma de puritanismo, que representa valores convenientes para la sociedad, el capital y el poder, es decir del establishment. Eso implica una censura violenta, necia e hipócrita que se utiliza para en nombre de ciertos valores perseguir obras artísticas. Es muy claro con el feminismo que censura obras Prerrafaelistas como parte de un performance y la sustituye por post-it del público en la pared. Como ese ejemplo podemos mencionar muchos, y además es una forma de escudar obras obscenas y zafias detrás de un discurso con implicaciones políticas y sociales, esto lava la cara de los artistas que detrás de una obra supuestamente escandalosa esconden su falta de talento y reconforta al coleccionista que adquiere algo detestable como restos humanos, sangre de animales, pornografía, basura etc., siente que está comulgando con un precepto social desde su poder económico, es decir, deja su posición de consumista banal para ser un consumista concientizado o políticamente correcto. Arrastrados por esa corriente de ser “correctos” tenemos el arte más moralígeno de todos los tiempos, toda obra, lo que sea, tiene un mensaje mesiánico, los artistas se sienten salvadores, rebeldes y policías del mundo, pretenden que su mediocridad y falta de originalidad no es un problema porque sus obras están “generando una reflexión o denuncia”, es el arte de demagógico, populista e hipócrita, que se inventó para lavarle la cara al neoliberalismo y darle un aspecto falsamente humano, es el arte del establishment.

ARTET :
Tomando el concepto de "transustanciación" de Arthur Danto, Ud habla de ortodoxia, de creencia, del arte como ideología y dogma. Si bien hay religiosidad o religión, ¿qué conlleva ella en términos de rituales y ritos, de valores y sentido ? ¿Y en qué sentido se podría incluso calificar de opio ?
AL :
El arte contemporáneo VIP como yo lo llamo por video, instalación, performance, y la religión, incluso la demagogia populista, tienen en común que son los grandes “solucionadores del mundo”, los tres proponen soluciones mágicas, instantáneas y arbitrarias a la realidad, sobre cualquier problema que se presente. Es ridículo ver como los artistas hacen una encuesta sin rigor y la llaman arte porque están investigado sobre la violencia de género o sobre la depresión o montan casitas de madera en una zona de pobreza, y creen que su ejercicio amateur y superficial va a solucionar algo. También son los “señaladores”, en su maniqueísmo todas sus manifestaciones son para señalar a un enemigo, a un “malo”, porque ellos son “buenos” invariablemente ; en la religión los que tienen otra religión, los que cuestionan el dogma, los que tienen otros valores, son enemigos. En el arte contemporáneo VIP es igual, las obras en sus reflexiones siempre señalan un enemigo, que contamina, cosifica a las mujeres, que hace guerras, lo que salga en los noticieros son los “malos” el artista es el mesías que señala y denuncia. El enemigo es el que cuestiona esas obras, dice que no es arte y que no son consecuentes sus pretensiones con el objeto artístico. Este arte forma parte de un engaño y es un opio social porque instituciones, artistas, museos, galerías y universidades participan de mismo discurso “correcto”. Como con las religiones y el populismo, se establecen en un poder paralelo que niega a la realidad. Lo importante para los tres es el mensaje, el dogma, nunca los hechos, si la obras es un montón de cajas vacías, el dogma dice que es una reflexión al vacío personal, no son cajas es una reflexión, se mueven exactamente como las religiones en las que la fe es más importante que la razón y que tenemos que ver con los ojos “del alma” no con los ojos de la inteligencia que pide una relación lógica entre lo que experimenta y lo que sabe de eso.

ARTET :
El academismo del "antiacademismo", la regla de no darse reglas, la herencia de la estética analítica hicieron que se confundiera la libertad individual con la arbitrariedad y la negación de cualquier regla (formal y estética, igual como social). Por pretender y presentarse como la cúspide de la expresión libre, el arte contemporáneo hace extremadamente difícil criticarlo. ¿Cómo denunciar al vicio en traje de virtud, al diablo disfrazado de ángel ? ¿Cómo se puede criticar al arte sin pasar por liberticida ?
AL :
El arte contemporáneo VIP está perfectamente acotado y limitado, si algo tiene es un rechazo frontal a la individualidad y la diferencia, y eso está desde el readymade que niega la factura de la obra que lleva la huella personal del artista y lo sustituye por un objeto industrial, hecho en serie que imposibilita la creación. Siguen sus reglas con sometimiento y obediencia y así le exigen al público que lo haga, por eso es imposible pensar otra cosa de la obra que este fuera de lo que el curador y el artista dicen que es, para ver estas obra el público tiene que asesinar su criterio y libertad individual para someterse al precepto que la obra le dicta : que es una denuncia a la violencia en una región, no es un momento de periódicos ; que es una reflexión sobre la mujer no es un show sadomasoquista con heridas y flagelaciones ; que no es un hombre sentado en un bloque de hielo, es una reflexión sobre el aislamiento en las sociedades poderosas ; que no es la Wikipedia impresa, es un poema. Los ejemplos son groseros de tan obvios, y las obras subsisten gracias a que están debidamente encasilladas en su concepto de ser actuales, contemporáneos, políticamente correctas y conscientes de la sociedad. La libertad es un estorbo para este arte como lo es para el neoliberalismo que te exige “empatizar” para poderte integrar a su sistema. El arte contemporáneo VIP es el arte del establishment, es parte de su ideología y crea obras que se ajusten al establishment que va a comprarlas y a promocionarlas.

Blog de Avelina Lésper : www.avelinalesper.com





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