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Diez años de “fujimorismo”

dimanche 5 juin 2016   |   Amanda Chaparro
Lecture .

Alberto Fujimori dirigió el país de 1990 a 2000, con el apoyo de su mano derecha, el muy influyente Vladimiro Montesinos, director del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). Actualmente en prisión, ambos cumplen una condena de veinticinco años por crímenes de lesa humanidad y por corrupción.

Tras haber asumido el poder en un contexto de crisis generalizada, el profesor Fujimori, de origen japonés, asumió la dirección de un país en decadencia. Conoció una inflación récord (cerca del 2000%) y estaba sumido desde hacía diez años en la “guerra popular” declarada por Sendero Luminoso. Fujimori hizo de la lucha contra el terrorismo su prioridad. En abril de 1992, provocó un autogolpe de Estado y su Gobierno se encaminó hacia un régimen autoritario.

En el plano económico, aplicó el “Fujishock”, un programa de inspiración neoliberal que implementaba las tradicionales recetas del Fondo Monetario Internacional (desregulación, privatizaciones, menor intervención de los poderes públicos).

La década de Fujimori estuvo también marcada por una corrupción vertiginosa (1), que involucró a todos los niveles estatales –y quedará en la memoria como el peor sistema clientelista en el poder, la “mafia fujimontesinista”–. A partir de 2000, una ola de procesos judiciales condenaría a decenas de personas por corrupción, entre ellos a los ministros del Interior, de Defensa, de Economía, de Agricultura, al jefe de las Fuerzas Armadas y al del SIN, así como a magistrados.

La década estuvo también marcada por las persecuciones de opositores y las exacciones de los comandos políticos militares, como el Grupo Colina (2). El Gobierno puso en marcha también una política de control de la natalidad que se tradujo en esterilizaciones forzosas de decenas de miles de mujeres, en su mayoría de origen indígena y de sectores populares (3).

En 2000, Fujimori dejó un país con instituciones exangües. Sin embargo, su recuerdo genera sentimientos encontrados entre los peruanos. Para algunos, es quien puso fin, simbólicamente, al terrorismo a través de la ultramediatizada captura de Abimael Guzmán, el jefe de Sendero Luminoso, y supo recuperar al país económicamente. Para otros, es sinónimo de clientelismo, violaciones de derechos humanos y autoritarismo. 

 

NOTAS :

(1) Según el Informe Global de Corrupción, de Transparency International (2004), el Gobierno de Fujimori fue uno de los más corruptos del mundo, con 600 millones de dólares de fondos malversados.

(2) Escuadrón responsable, entre otras, de las masacres de Barrios Altos (1991) y de la Universidad La Cantuta (1992).

(3) Según la Defensoría del Pueblo, 272.028 mujeres fueron esterilizadas, miles de ellas sin su consentimiento. Véase Françoise Barthélémy, “Esterilización forzada de la población indígena en Perú”, Le Monde diplomatique en español, mayo de 2004.





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